jueves, 24 de junio de 2010

Cambias, cambio, cambiamos.*

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Han pasado muchas cosas. No hay nada en específico que me haya animado a escribir esta entrada. Más que una, han sido muchas cosas. Es más como... una generalización. Un modelo. Como todo modelo, es la simplificación de una realidad complicada. Pueden haber excepciones, caso obviados. Ya ya, fueron las advertencias.
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El tiempo pasa. Nos conocimos hace mucho. Solíamos vernos a diario. Al vernos sonreíamos e incluso nos saludabamos raro. ¿Te acuerdas de aquella vez en que..? Aah... yo si me acuerdo. ¿Y de aquella vez en que..? empezamos a salir más seguido. ¿Por qué? nos gustaba estar al lado del otro. Se sentía bien ¿No te sentías bien? y hasta tarde, me quedaba despierto hablando contigo. No teníamos de qué hablar, se notaba en tu tono de voz. sólo me gustaba escucharte. La última voz que escucharía en el día. El último sonido del día y significaría tu intromisión en mi sueño. Siempre estabas ahi, flotando, en el apretado espacio que cedían mis párpados cerrados. Tu risa era la mía. No había ningún problema con nada, éramos amigos. El tiempo pasó. Ahora no sé qué te pasa. No te entiendo. Tú no eras así. Tu voz suena falsa, tu risa también. Tus ojos ya dejaron de brillar: su superficie se opacó. Tu cuerpo esculpido empezó a lucir prendas extrañas. ¿Te jalaron? dejaste de ser única. Te volviste una más, sólo una más de las que hay. ¿Qué? ¿no quieres comer porque engorda? ¿quién chucha* eres? Tenía ganas de decirlo. ¿Por qué no lo dije? No sé. Te lo merecías... o tal vez no. Creo que no lo dije porque dejaste huella. Pero, tal vez por lo mismo debería haberlo dicho. ¿Éso no es lo que haría un buen amigo? cachetadón. Sería, sería. En fin, qué pena. Qué pena, ¿o no? pero yo sigo ahi. Fácil no te diste cuenta: estás muy ocupada. Todavía te quiero y me gustaría sacarte del hoyo. O tal vez tú no estás en el hoyo y yo sí. No tienes la culpa de nada, yo tampoco. Creo que es el medio. Este mundo superficial hace que muchas personas carezcan de propia personalidad. Te dejaste llevar. Entiendo. Lástima que hayas sido tú. Bueno, quería que supieras todo esto. Aunque ya no puedas leerlo desde que caiste de aquella motocicleta. Acabo de dejarte unas flores. Margaritas amarillas, como te solían gustar. No te preocupes, suelo cambiarlas los lunes y jueves...
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Adiós, pobres y pudientes
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PD: Espero hayan entendido. Habría puesto más de una, pero no quería matarla.

5 comentarios:

  1. Palabras muy lindas y profundas, tocaron mi corazón al punto que se me cayeron las lágrimas; me han hecho pensar tanto. Muy buena entrada, probablemente la mejor que he leído.

    Buena Sebas, no pierdes ese toque especial al escribir y llegar a todos aquellos que leemos lo que escribes.

    Gracias por permitirnos leer algo tan lindo.

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  2. Tu forma de escribir es demasiado buena!, nunca habria imaginado un final así :)

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  3. yo también derramé un par de lágrimas

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  4. Coincido con Daniela y más aun con "Anónimo". Excepto por la parte de "se me cayeron unas lágrimas",lo que no fue así...yls.

    Me sentí un poco identificada en algunas partes,tengo que admitirlo.Y el final me dejó sin palabras...

    Ahista tu comentario,y no dejes de escribir tanto tiempo pues porque me encanta leer tus entradas :)

    Firma,Mariana

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  5. Me encantó la verdad, tienes mucha razón realmente ser unicos es algo importantisimo que nadie tiene que olvidar....

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